Con más de mil kilómetros de distancia, María Teresa Ramírez viajó para recibir su regalo del día de las madres; ver a su hijo competir en la Universiada Nacional 2017.
El deportista de la Universidad del Valle de México Campus Chapultepec, Octavio Martínez Ramírez inició su gusto por la esgrima usando antifaz, capa y botas negras como el personaje “El Zorro”, además de tomar las agujas de su mamá y hacerlas su espada.
Martínez le pedía a su mamá “estudiar espadas”, más tarde ella conoció la esgrima, lo que hizo que encaminara a su hijo por sus sueños y desde entonces no ha parado de apoyarlo y seguirlo en sus competencias.
“No nos arrepentimos, porque cuando le entregan una medalla, un reconocimiento, un premio y poder ver su carita de satisfacción, de que todo lo que sacrificó para llegar a su objetivo. Ya con eso te das por pagada como madre”, expresó María Teresa, mamá de Octavio.
En el Comité Olímpico de Puebla de donde son oriundos, Octavio empezó a ser conocido como “El Zorrito”, ya que al terminar sus competencias regresaba a su antifaz, botas y capa negra.
María Teresa sabía que su hijo no era como los demás, que él prefería entrenar que jugar, que quería salir adelante como un deportista, así que lo apoyó en lo que estaba decidido como su sueño.
Para “El Zorrito” es muy importante que su mamá vaya a sus competencias, que incluso sin verla, escucharla cómo grita su apodo le da tranquilidad y fortaleza.
“Yo lo admiro mucho, porque tiene que darse el tiempo para todas sus actividades. No deja la escuela en segundo término, sino que es un excelente estudiante y además deportista”, comentó muy orgullosa la mamá de “El Zorrito”.
María Teresa aconseja a las madres que, si tienen hijos deportistas, deben apoyarlos y unir esfuerzos con ellos, ya que es parte de su formación como personas disciplinadas.
“Por algo estamos aquí, para seguirlos apoyando”, puntualizó María Teresa Ramírez.
Por: Zomaira Pimentel.
